¿En tu nube o en la mía? cloud público vs cloud privado

Parece que no queda empresa alguna por descubrir que la Tierra es redonda y el cloud computing beneficioso. Flexibilidad, disponibilidad, ubicuidad, seguridad, ahorro, eficiencia…

Una vez digeridas las bondades de la nube toca hilar más fino, toca diseccionar los dos tipos imperantes de servicio cloud, el cloud público y el cloud privado, no para concluir qué modelo es mejor sino qué se le puede exigir a cada uno.

CLOUD PÚBLICO*: EN MUY POCO, POR MUY POCO

Probablemente el cloud público sea el más extendido de los servicios cloud actuales. Tiene lógica pensarlo, pues se caracteriza por su rapidez de implementación y su accesibilidad económica. Ambos rasgos derivan de su naturaleza de infraestructura compartida: en este formato, varios clientes alojan en una misma máquina física sus servidores virtuales dividiéndose, según configuración, los recursos de procesamiento, memoria y conexión disponibles. En su versión más básica, todos ellos se reparten, pues, máquina, mantenimiento y accesos a disco, firewall y redes, pero también su coste. ¿Convierte esto en vulnerable el modelo de cloud público? En ningún caso: la seguridad debe garantizarla el proveedor del servicio, responsable del uso que hace el conjunto de clientes, no el esquema empleado.

*No debe confundirse el cloud público como modelo de uso infraestructura con el cloud público como tipo de proveedor de infraestructura. Los grandes Clouds Públicos, como Amazon Web Services, Microsoft Azure o Google Cloud Platform, son proveedores de IaaS (entre otros servicios) y representan todo un mercado cloud con sus propias características y ventajas.

CLOUD PRIVADO: QUÉ ES Y QUÉ NO ES

Antes de profundizar en qué es un cloud privado vale la pena detenerse en qué no es, al menos para quien escribe estas líneas. Diversas empresas y actores del sector TI entienden por cloud privado una infraestructura virtualizada ubicada físicamente en el mismo lugar que su cliente. Sin embargo, ¿no es esta noción in-house algo contradictoria con la naturaleza misma del cloud? La virtualización, que permite tener los datos y aplicaciones ubicados a mil quilómetros como encima de la mesa (de tantas mesas como se quiera), parece pedir como siguiente paso natural la externalización de esos recursos y de su gestión. ¿Qué ventajas aporta esta decisión? De entrada, tres: la división de peligros físicos; la concentración de recursos humanos en el negocio propio; y la seguridad que aportan un equipo y unas instalaciones especializados. Para un proveedor de servicios TI como Claranet, la gestión de la infraestructura Cloud en sus Data center es una garantía elemental para el rendimiento óptimo de un cloud privado, pensado para servir a un solo cliente.

Esa es la clave que diferencia el cloud privado del cloud público, exclusividad: todos los recursos de la máquina física están a disposición del cliente para que éste pueda optimizar su rendimiento. ¿Implica entonces la externalización pérdida de control sobre lo contratado? Sólo en la medida que el cliente lo desee. En el caso de Claranet, la asignación de recursos de los servidores virtuales, la monitorización y tareas como realización de snapshots queda a cargo del usuario del cloud privado si éste desea asumir su gestión. Incluso el acceso al controlador de hipervisor puede solicitarse también, reafirmando esa apuesta por la personalización que brinda el cloud privado.

CLOUD PÚBLICO, CLOUD PRIVADO... ¿CUÁL ES MEJOR PARA MÍ?

Las necesidades de una empresa pueden cambiar; el servicio siempre debe ser óptimo. De ahí que lo verdaderamente importante a la hora de migrar al cloud público o al cloud privado sea elegir al proveedor que mejor se adapte tanto al presente como al futuro de una estrategia de negocio. Esa es una de las premisas básicas que Claranet tiene en mente a la hora de implementar un servicio cloud: facilidad para crecer, capacidad de cambiar. Por eso, tanto el cloud privado como el cloud público de Claranet son modelos flexibles, escalables y seguros, diseñados para garantizar alta disponibilidad, integridad y confidencialidad de los datos. Desde la implantación del servicio el cliente conoce los recursos que usa y puede ampliarlos según evolucione su necesidad, pagando estrictamente por esos recursos.

Ningún modelo cloud es mejor que otro, lo importante es buscar el mejor proveedor cloud. En un entorno tan cambiante –tecnológica, económicamente– asegurar el largo plazo de una plataforma de cloud público o cloud privado es vital para la evolución de un negocio.

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